1G: La Primera Generación de Teléfonos Celulares.
2G: El nacimiento de las redes GSM y GPRS
A inicios de los 90’ se introdujeron al mercado los teléfonos 2G con el despliegue de la
tecnología GSM. El Sistema Global para las comunicaciones Móviles, o GSM*, utiliza
modulación digital para mejorar la calidad de la voz, pero los servicios que ofrece la red
son limitados.
3G: El verdadero uso del Internet Móvil
La revolución del 3G permitió a los usuarios el uso de aplicaciones de audio, imágenes y
vídeo. A través del 3G es posible ver vídeo en streaming (en tiempo real, sin que el vídeo
se detenga) y hacer uso de las vídeo llamadas, aunque realmente ya en la práctica este
tipo de actividades se ven restringidas por los cuellos de botella en la red y el alto uso
(exagerado) de esta red por parte los usuarios.
Según ha pasado el tiempo al 3G se le han hecho algunas modificaciones, una de las
más importantes fue la actualización de la tecnología UMTS, haciendo llegar la misma a
velocidades de hasta 14Mbps, en sus mejores condiciones. A esta actualización se le dió
el nombre de HSDPA (High-Speed Downlink Packet Access), la cual también se conoce
como 3.5G, o 3G+ (Como la conocemos a través del servicio que ofrece Orange).
4G: Las redes de Alta Velocidad
La generación actual de telefonía móvil, 4G ha sido creado con el objetivo de proveer
tasas de transmisión hasta unos 20Mbps mientras, simultáneamente, hace uso de las
características de la Calidad de Servicio (QoS*). El QoS te permitirá a tí y a tu proveedor
de servicio priorizar el tráfico de datos dependiendo del tipo de aplicación que esté
utilizando tu ancho de banda, ajustando las necesidades dependiendo del momento.
Internet y la telefonía móvil
El hecho de que Internet sea accesible desde un dispositivo
inalámbrico, ya sea un móvil o una PDA, no quiere decir que el
usuario pueda navegar por la red como si utilizase el ordenador
de su casa. Un móvil no es un ordenador ni viceversa.
Existen una serie de cuestiones que hay que tener en cuenta en
este sentido:
• Movilidad. Con un dispositivo WAP, el usuario se puede conectar
independientemente del lugar donde se encuentre. Como contrapartida, el
pequeño tamaño de estos dispositivos hace imposible integrar en ellos potentes
procesadores, cargarlos del último software o acoplarles una gran pantalla.
• Velocidad. En teoría, GPRS permite alcanzar una velocidad de transmisión de
datos de hasta 144 Kbps (kilobits por segundo). En la práctica, ésta se reduce a
entre 18 y 53 Kbps en sentido descendente (red-terminal) y entre 9 y 13 Kbps en
sentido ascendente (terminal-red). Es decir, su velocidad es comparable a la de
una línea fija de 56k, aceptable pero insuficiente si se compara con las conexiones
de banda ancha existentes en la actualidad.
• Tarificación por volumen. Con GPRS se paga según la cantidad de bytes
transferidos, no según la duración de la llamada. La información puede
mantenerse en pantalla el tiempo que sea necesario sin coste añadido. Sin
embargo, la conexión desde teléfonos móviles no suele ser muy habitual entre
consumidores particulares y el precio de dicho tráfico puede resultar elevado a
pesar de los bonos y ofertas de las compañías de telefonía móvil.
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